¿Cómo funciona un motor de búsqueda? La búsqueda de información es un conjunto de operaciones secuenciales diseñadas para entregar datos específicos según criterios definidos.
El criterio de búsqueda es una consulta que refleja la necesidad del usuario de obtener cierta información.
El proceso de búsqueda incluye varias etapas:
Los resultados de búsqueda se caracterizan por su relevancia, es decir, el grado de correspondencia entre los datos encontrados y la consulta, y la pertinencia, que es la proporción de información útil respecto al total de resultados mostrados.
Para obtener resultados valiosos, la formulación de la consulta juega un papel importante. En cualquier motor de búsqueda se pueden afinar las consultas con herramientas específicas, lo que reduce el ámbito de búsqueda. La elección del motor de búsqueda también influye significativamente en el tipo de información que se presenta.
En términos generales, cualquier motor de búsqueda se basa en un algoritmo similar. Está compuesto por dos partes: un programa que recopila e indexa información, y un sistema que recupera los datos según la consulta del usuario y los ordena para mostrar los resultados. Veamos cada componente con más detalle.
El robot de búsqueda es un programa que cumple la función principal del motor: encontrar nuevas fuentes de datos (páginas web). Debido a que este programa navega libremente por la red, se le conoce comúnmente como “araña”. Su funcionamiento es sencillo: al llegar a una página, busca enlaces hacia otras páginas y visita cada una, repitiendo el proceso. Mientras tanto, el robot indexa (almacena datos clave sobre el sitio en una base de datos) y guarda una copia de cada página encontrada en un archivo. Es importante entender que “cada” se refiere a páginas que cumplen con los parámetros de búsqueda. Antes de ser indexadas, las páginas nuevas se revisan para detectar virus, errores técnicos y plagio. Las páginas de baja calidad se descartan de inmediato. Por supuesto, cuanto más enlaces (internos y externos) apuntan a un sitio, más rápido será indexado.
Además de las revisiones de calidad, existen limitaciones cuantitativas para la inclusión de páginas en el índice. Los motores de búsqueda tienen recursos limitados y no pueden escanear todos los sitios web instantáneamente ni siquiera en un mes. Por ello, cada sitio tiene un “presupuesto de rastreo”: la cantidad de páginas que el robot puede visitar en una sesión y el número máximo de documentos indexados desde ese sitio. En sitios grandes, esto puede ser la razón principal de retrasos en la actualización del índice. La solución más efectiva es configurar un sitemap.xml, un mapa del sitio diseñado para guiar al robot. En este archivo se indica qué páginas se actualizan con mayor frecuencia, qué priorizar en la indexación, qué información debe analizar el robot y qué ya ha verificado.
La indexación no ocurre de forma inmediata, ya que el robot no puede recorrer toda la red en segundos. Actualmente, este proceso toma entre 2 y 3 semanas, pero para sitios bien optimizados y de calidad, puede realizarse en pocos días. Puedes verificar la indexación de tus páginas en Google Search Console.
Reducir el tiempo de indexación es clave para el crecimiento. La cantidad de recursos en internet crece constantemente y los motores de búsqueda no pueden evolucionar al mismo ritmo. Por eso, además del robot estándar, existe un robot rápido.
El robot rápido es un programa que se enfoca en indexar sitios con actualizaciones frecuentes (blogs, portales de noticias, redes sociales, etc.). Gracias a él, los resultados más frescos aparecen en las primeras posiciones. La diferencia principal con el robot estándar es que el rápido no sigue enlaces, por lo que una misma página puede ser indexada por ambos robots.
Veamos la segunda parte del motor de búsqueda con Google como ejemplo.
Cuando el usuario introduce su consulta, primero pasa por un balanceador de carga que distribuye automáticamente las peticiones entre clústeres de servidores. Esto permite un uso eficiente de la potencia computacional.
Luego, el sistema verifica si ya existen resultados almacenados en caché, facilitando la respuesta rápida para consultas frecuentes durante eventos importantes o temas populares como redes sociales.
Los resultados en caché se mantienen un tiempo para poder entregar datos listos cuando se solicitan.
El motor realiza un metabúsqueda para determinar el tipo de datos que corresponde la consulta. Normalmente es texto, aunque muchos motores también soportan imágenes. En esta etapa se corrige la ortografía y se define la ubicación geográfica del usuario.
También se identifica el tipo de consulta: comercial o informativa. Esto influye en el ranking. Por ejemplo, una consulta informativa como “ingredientes del helado” mostrará sitios con contenido útil y enlaces naturales. En cambio, una consulta comercial, como “comprar helado”, priorizará páginas con fines comerciales.
Esta información es importante para optimizar correctamente un sitio. Puedes obtener datos sobre el tipo de consulta mediante herramientas especializadas como Labrika.
Además, los motores detectan consultas específicas que incluyen términos como “reseña”, “descargar” o “comprar”. Para estas, no basta con incluir las palabras clave, sino que la página debe permitir realizar la acción, como descargar o comprar, o mostrar reseñas auténticas. Por ejemplo, si los competidores ofrecen realmente la compra en línea, solo mencionar “comprar” en el texto no será suficiente. Algunos factores de ranking tienen mayor peso según el tipo de consulta, como la frescura para noticias o la presencia del nombre de marca en el dominio para búsquedas de marca.
El sistema comienza a recopilar información para generar una nueva lista. La consulta se envía a la búsqueda base, donde se almacena el índice completo dividido en partes procesadas por distintos servidores. Esto reduce la carga y acelera la búsqueda. Además, cada servidor hace copias para evitar pérdida de datos.
Al finalizar, la búsqueda base devuelve los resultados al metabuscador, pero aún no son finales. Google aplica filtros para eliminar sitios que no cumplen ciertos criterios y luego ordena los resultados con su algoritmo RankBrain.
Un filtro es un algoritmo que impone requisitos a los sitios. Si un sitio no cumple, puede ser penalizado con exclusión del índice, descenso en posiciones o eliminación de páginas.
El objetivo de los filtros es mejorar la calidad de los resultados. Estos se actualizan continuamente para considerar más factores de utilidad.
Algunos filtros conocidos son:
Estos filtros combaten el spam y problemas como contenido duplicado, falta de actualizaciones y enlaces de baja calidad. Su existencia impulsa a los especialistas a mejorar la calidad, contenido y diseño de los sitios para alcanzar las mejores posiciones.
Después, Google ordena los resultados con RankBrain, un algoritmo de aprendizaje automático que crea una fórmula compleja para posicionar los resultados más relevantes en primer lugar. RankBrain ajusta la fórmula para diferentes tipos de consultas sin afectar la calidad general.
Los robots encuentran millones de páginas y verificar cada una para determinar su posición podría ser lento. RankBrain evalúa todos los resultados, asigna pesos a factores de relevancia y ordena las páginas según su utilidad. Considera cientos de criterios como tráfico, originalidad y enlaces, sumando aproximadamente 800 factores. Gracias a RankBrain, la relevancia de los resultados ha mejorado significativamente, proporcionando respuestas casi instantáneas. Sin embargo, la velocidad no es el único factor importante para los usuarios.
Los principales criterios para evaluar un motor de búsqueda son:
Precisión: mide la correspondencia de los resultados con la consulta. Cuantos menos sitios irrelevantes aparezcan, mejor funciona el motor. Esto no suele ser un problema para los motores actuales.
Completitud: implica la diversidad de resultados. Si una consulta es ambigua, como “Sura” (que puede ser un río, una ciudad o un equipo deportivo), el motor intenta mostrar resultados para todas las interpretaciones comunes. Por ello, la competencia no es por el top 10, sino por el top 5 o top 3, ya que el resto se reserva para directorios, mapas, Wikipedia u otros sitios que completan la búsqueda.
Satisfacción del usuario: se calcula observando si el usuario vuelve a la página de resultados tras visitar un sitio. Si no regresa, el resultado se considera adecuado. Si regresa, el motor ajusta su fórmula de ranking mediante aprendizaje automático y evaluaciones humanas. Los evaluadores son expertos que valoran la utilidad de un sitio para mejorar la calidad de los resultados, eliminando sitios dañinos o irrelevantes.
Tras ordenar los resultados, se añade información adicional: mapas, direcciones, datos generales, enlaces útiles, anuncios relevantes, videos y recomendaciones. Todo esto se presenta al usuario para ofrecer una experiencia completa y relevante. Por eso, al optimizar un sitio, es esencial considerar estos aspectos para lograr posiciones destacadas.