Los factores textuales de posicionamiento son parámetros relacionados con los textos publicados en un sitio web, que los motores de búsqueda analizan para determinar la relevancia de una página frente a una consulta y para ordenar sus resultados.
Estos incluyen indicadores que evalúan la calidad del texto y su adecuación a las consultas de los usuarios.
Es uno de los factores más importantes. Sin contenido textual original, un sitio difícilmente alcanzará buenas posiciones en los resultados de búsqueda.
Para obtener textos únicos, se pueden emplear:
El contenido idéntico o muy similar dentro del mismo sitio puede afectar negativamente la visibilidad en buscadores.
Después de verificar la unicidad, los motores de búsqueda identifican el núcleo semántico del texto, es decir, las palabras clave presentes que coinciden con las consultas. Los sitios con núcleos semánticos más relevantes suelen obtener mejores posiciones.
Para agilizar este proceso, existen herramientas especializadas que ayudan a seleccionar las palabras clave más adecuadas.
Los motores aplican la indexación semántica latente (LSI) para evaluar la relevancia del texto analizando el contexto y entorno semántico de las palabras clave. Esto implica que los términos relacionados y sinónimos también son importantes para diversificar el contenido y mejorar su posicionamiento.
La densidad de palabras clave, es decir, el porcentaje que representan en el total del texto, ayuda a los motores a identificar el tema principal de la página.
Anteriormente, la frecuencia era el único criterio, lo que generaba textos sobreoptimizados difíciles de leer y con problemas para diferenciarse. Actualmente, se utiliza el peso de las palabras mediante métricas como TF-IDF, que otorgan mayor importancia a términos que aparecen más frecuentemente en comparación con otros sitios.
Este enfoque evita el spam de palabras clave y mejora la calidad del ranking. Sin embargo, si una página no contiene la frase buscada, tendrá menos posibilidades de posicionarse frente a competidores que sí la incluyen.
El algoritmo BM25, y sus versiones modernas como BM25F, es una función de ranking similar a TF-IDF que evalúa la relevancia de una página según la cantidad y ubicación de las palabras clave en el texto, excluyendo enlaces, comparado con otros documentos.
Además, se consideran otros métodos que analizan la presencia exacta de frases, la proximidad entre términos y la combinación de etiquetas como el título con el contenido.
Cuando una página se posiciona por varias palabras clave, esto puede indicar a los motores una mayor calidad y relevancia del contenido.
La intención, o "intent", es el propósito del usuario al realizar una consulta: comercial, informativa o mixta. Esta intención influye en el ranking, ya que los motores valoran la adecuación del contenido a lo que busca el usuario.
Factores como la tasa de clics y el tiempo en la página ayudan a determinar si el contenido satisface la intención, mejorando así su posicionamiento.
Optimizar el texto para responder claramente a la intención mejora la experiencia del usuario y los indicadores de comportamiento.
Existe una correlación entre la profundidad con la que un tema es tratado y el ranking en Google. Las páginas que abordan todos los aspectos relevantes suelen obtener ventaja sobre las que lo hacen parcialmente.
La longitud influye porque afecta la cantidad y peso de las palabras clave. Según expertos, textos entre 1000 y 4000 caracteres suelen ser óptimos: permiten una densidad adecuada y son fáciles de leer.
Lo importante es transmitir la idea principal y cumplir el objetivo con la extensión necesaria. Para artículos comerciales, es útil analizar el tamaño y densidad de textos en sitios competidores bien posicionados.
Incluir un índice con enlaces a secciones facilita la comprensión del contenido por parte de los motores y puede aumentar la navegación interna del sitio.
Dividir textos largos en secciones lógicas con subtítulos mejora la legibilidad. Listas con viñetas o numeradas también ayudan a organizar la información, lo que es valorado por los buscadores.
Los motores, especialmente aquellos que operan en español, valoran textos escritos correctamente. La gramática y ortografía adecuadas reflejan calidad y autoridad, mientras que errores pueden afectar negativamente el ranking y la percepción del usuario.
Se recomienda usar fuentes claras y fáciles de leer, evitando adornos excesivos. Solo se deben resaltar las palabras clave o frases que merecen atención especial.
Los motores prefieren contenido reciente o actualizado, especialmente para consultas sensibles al tiempo, como noticias. Google, por ejemplo, muestra la fecha de la última actualización.
Las modificaciones significativas, como agregar o eliminar secciones completas, tienen mayor impacto que pequeños cambios o correcciones ortográficas.
Los motores ahora reconocen la calidad y utilidad real del contenido para los usuarios, lo que también afecta el posicionamiento.
Contar con textos únicos, optimizados y bien redactados es fundamental para mejorar la posición en buscadores. Para analizar la calidad del contenido, existen herramientas SEO integrales que ofrecen evaluaciones detalladas y recomendaciones para optimizar los factores textuales.